lunes, 5 de octubre de 2015

Mi segundo baúl.




Han tenido que pasar dos años desde que me traje este baúl a casa, directo del pajar del abuelo, para que casi, casi lo termine. Me encantaría decir que está acabado, pero falta todo el tapizado interior y algunos detalles del exterior. Pese a ello , tiene bastante buena pinta y quería enseñarlo ya.
Algo a pasado con este baúl desde que me lo traje a casa, es como si hubiera estado tirando de mí en dirección contraria, desde el principio. Como si no me dejara avanzar. Como si se resistiera a vivir una nueva vida. No os extrañe pues, que me haya costado tanto su transformación, lo fácil sería decir que he estado muy ocupada y bla, bla, bla. Ha sido algo más que eso, que apenas puedo expresar con palabras. No sé si alguna vez os ha pasado algo así con un objeto o un proyecto.
Pero me he empecinado y ahí está, de vuelta en el lugar desde el que vino, aunque en un lugar bastante más digno para él, que un triste pajar.
Ahora ya, a ratitos y cuando pueda, deseo poner punto final con ese tapizado, cuyos materiales ya tengo dispuestos.











La verdad que pese a que el baúl prometía, los materiales eran muy malos: mala madera y carcomida, chapas retorcidas, partes que faltaban...Y más que una restauración, es pura transformación, pues la madera no estaba como para dejarla a la vista y la chapa estaba fea y muy oxidada.
Así pues, tras tratar con anti carcoma y reparar los desperfectos más visibles, pinté algunas partes con pintura de imitación forja y otras con Chalk Paint, decorando los paneles de chapa con papeles estampados en tonos azules.Bisagras y demás herrajes nuevos, imitando forja.





Os gusta el resultado??
Espero que las ganas me acompañen y seguir dando nueva vida  a mis queridos zarrios.



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